Pablo Oñate Falomir
570 m2
“El alma de los jardines alberga la mayor suma de serenidad que puede disponer el hombre”.
— Ferdinand Bac
De la misma forma como una roca forma parte de un paisaje, este proyecto forma parte de un jardín, en donde la arquitectura no es más que el complemento del lugar. Cuatro volúmenes se desplantan al centro del terreno como una estructura contenida que en algunos de sus lados cambia su ancho, alto o profundidad según el programa lo requiera.
El proyecto es solo una serie de muros austeros en su materialidad que protegen y dan seguridad a sus habitantes pero que no compiten con su contexto sino más bien lo dejan ser para maximizar su belleza. Al interior todo parte del centro, el programa se desenvuelve en dos niveles que buscan interactuar con su entorno, los espacios se vuelven un mundo de sensaciones con el objetivo de crear un equilibrio entre el hombre y la naturaleza. De esta forma la casa se adueña del exterior e incluso se despega de los típicos esquemas de recorridos para hacer del día a día una experiencia nueva a sus habitantes.